El sol dormido entre las cosas perdidas

No sé quién ser. Si el que crea las pesadillas, o quien se las lleva a alguien más. Concebir a alguien con un propósito macabro, como hicieron conmigo, no parecía posible. Pero aquí estoy, haciendo mi trabajo porque es lo único que sé.
Aunque, a veces, danzar me llama la atención. También la piel: me pregunto cómo se siente, si es tan suave como parece. ¿Qué es lo disfrutable de esas cosas? No encuentro las razones. Pero parece hacerlos felices. Bailar, leer, que el sol les de en la cara. 
De nuevo la programación empieza, y vuelvo a crear terror. Es lo más parecido a una danza que tengo; siempre hacer el mal, porque algo dentro de mi cabeza me dice que lo haga. Mientras tanto, todo es oscuridad.
Terminada la sesión, tengo al sol en la cara, y una chica asustada frente a mí. Extiendo mi mano, pero no puedo hacer mucho cuando ella empieza a correr. Mi dedo índice roza el interior de su brazo.
Primer contacto con la piel.
Quiero correr, la necesito. Mis pies se mueven uno tras el otro, casi sin que los pueda controlar. Van hacia ella. Cuando mis brazos tocan sus hombros, vuelvo en mí y la suelto. No puedo pensar en otra cosa. Toqué piel. 
Y la mía recibe el sol. Ella corre, y recibe el sol. El verde infinito a nuestro alrededor, las ramas de los árboles bailando con el viento, casi burlonas, me llaman. Ella no tiene a dónde ir. Yo tampoco. Pero mientras se aleja, quiero imitar los movimientos de las ramas. Quiero bailar, para que dejen de burlarse de mí.

ERROR CÓDIGO 56. INICIANDO PROTOCOLO DE SEGURIDAD.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

A mi lado

Toca - Candela Epifanio